En el vasto y colorido mundo de la ornitología, hay una especie que se destaca por su velocidad, su majestuoso plumaje y su fascinante comportamiento migratorio. El Colibrí garganta rubí, conocido científicamente como Archilochus colubris, es una joya voladora que captura la atención de observadores y científicos por igual. A lo largo de este artículo, revelaremos aspectos sorprendentes de su vida que quizás no conozcas, y que mantendrán tu interés hasta la última palabra.
El Colibrí garganta rubí es una especie diminuta, pero su presencia es todo menos discreta. Los machos se distinguen por su llamativa garganta de color rojo iridiscente, que brilla como un faro cuando refleja la luz. Su espalda es de un verde esmeralda vibrante, y su cola bifurcada ostenta plumas negras con puntas blancas. Miden entre 7 y 9 centímetros de longitud, y su peso puede rondar los 3 a 3.5 gramos. Las hembras, aunque más sobrias en su coloración con tonos verdes y blancos, no son menos encantadoras.
El hábitat preferido del Archilochus colubris es tan variado como sus colores. Estas pequeñas aves se sienten cómodas en áreas suburbanas con abundantes flores, así como en bosques, bordes de bosques y jardines. Su distribución geográfica es amplia; habitan principalmente en Norteamérica, desde Canadá hasta México, y son particularmente visibles en el este de los Estados Unidos durante la temporada de cría.
Una de las hazañas más impresionantes del Colibrí garganta rubí es su migración. A pesar de su tamaño, viajan grandes distancias dos veces al año. En otoño, se dirigen hacia el sur, hacia México y Centroamérica, y algunos atraviesan el Golfo de México en un vuelo ininterrumpido que puede durar hasta 18 horas. En primavera, el llamado de la reproducción los lleva de nuevo al norte, donde el ciclo comienza de nuevo.
El comportamiento del Colibrí garganta rubí es tan dinámico como su migración. Son aves solitarias, y los machos pueden ser muy territoriales, defendiendo con vigor las fuentes de alimento como las flores y los comederos. Su alimentación se basa principalmente en el néctar, pero también capturan insectos al vuelo para obtener proteínas. El aleteo rápido de sus alas, que puede alcanzar hasta 50 golpes por segundo, les permite mantenerse en un vuelo estacionario único entre las aves.
La temporada de cría del Archilochus colubris es un período de intensa actividad. Las hembras son las encargadas de construir el nido, que es una estructura pequeña y compacta hecha de telarañas y materiales vegetales. Ponen de 1 a 3 huevos, y se encargan completamente de la incubación y el cuidado de los polluelos. Los machos, por su parte, se dedican a cortejar a varias hembras con vuelos en forma de U y destellos de su garganta rubí.
El Colibrí garganta rubí no solo es fascinante por sus hábitos migratorios y su deslumbrante apariencia. También poseen una notable inteligencia, recordando la ubicación de cada flor de la que se alimentan y cuánto tiempo tarda en rellenarse de néctar. Además, su corazón late hasta 1,260 veces por minuto durante el vuelo, y su eficiencia metabólica es asombrosa, lo que les permite mantener su ritmo de vida acelerado.
La preservación de Archilochus colubris es crítica, no solo por su belleza, sino por su rol en la polinización. Aunque actualmente no se consideran en peligro de extinción, la pérdida de hábitat y el cambio climático representan amenazas potenciales. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección de su hábitat y en la educación sobre la importancia de estos pequeños polinizadores.